Cuento






"Un pequeño susto"

En una noche de brujas Eleonora, Alberta y Demetria estaban presumiendo que no le tenían miedo a  nada y, por lo tanto, no creían en brujas ni en fantasmas. Estas tres chicas eran las más presumidas de la escuela y nadie las soportaba excepto Marcial que era el novio de Alberta.
Como eran tan insoportables, sus compañeros del grupo se organizaron para darles un buen susto y quedaron que tres de sus compañeros se disfrazarían para asustarlas mientras que los demás colaborarían con los efectos especiales. Se las ingeniaron para que las tres presumidas fueran a la casa de Víctor, todo estaba arreglado la casa era la copia perfecta de un cementerio.
Todos los chicos convivían menos ellas tres que se apartaron del grupo.
-          Yo no sé porque venimos a esta fiesta -, decía Demetria-.
-          Sí, está toda naca y aburrida -, se quejaba Eleonora-.
-          Todo por hacerle caso a Marcial -, agregaba Demetria-.
-          Lo sé pero… - trataba de arreglar las cosas Alberta cuando Marcial la interrumpió.
-          ¿Chicas, quieren venir a jugar botella?, el juego se está poniendo bueno.
Las chicas no quisieron ir y poco a poco se fueron quedando solas afuera ya que los demás se ponían de acuerdo para llevar a cabo su pequeña travesura.
Y justo a la media noche ocurría el primero de tres sustos: Daniela de disfrazaría de bruja y con ayuda de un árbol y una polea la hicieron volar; Los efectos especiales fueron tan especiales que Eleonora, Alberta y Demetria corrieron aterrorizadas  hacia una de las tumbas.
-          No que no le tenían miedo a nada – cuestionaba Alberta a Eleonora y Demetria -,
-          No tuvimos miedo, bueno… si un poquito – contestaron -.
-          ¿Ya se habrá ido? -  pregunto Eleonora -.
Al terminar esta pregunta el segundo susto se llevó a cabo, Omar entró por la parte trasera de la tumba vestido de zombi, al verlo las chicas salieron gritando como locas.
Pero al salir corriendo se encontraron  con un fantasma que en realidad era Michel, las chicas inmediatamente se tiraron al suelo temblando y llorando  de miedo. Pidiendo perdón y prometiendo cambiar su actitud. Al escuchar esto sus compañeros salieron aplaudiendo y riendo a carcajadas por aquel espectáculo.
A partir de esto las chicas cambiaron su actitud y todo fue paz y tranquilidad en el salón de clases.
Fin

Realizado por: Sayra Lizett Ramos Díaz, 
Ana Laura Arena Hernández,
 Heyeli García Maldonado 






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